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lunes, 15 de junio de 2015

FRIO O CALOR ANTE UNA LESION

FRIO O CALOR ANTE UNA LESION?'
Lo más común cuando uno sufre una lesión muscular es escuchar "vaya y póngase hielo" o si no "hágase baños con agua caliente". En efecto el tratamiento con temperatura fría o caliente tiene sus beneficios, pero realmente ¿cuál es mejor para las lesiones musculares y cuándo es el momento para aplicarlo?
¿la aliviará la aplicación de frío, o será mejor que la zona esté calentita, para que se relaje?. Veremos unos consejos rápidos, siempre matizables, pero que funcionarán en la mayoría de los casos, sobre cómo y cuándo aplicar correctamente frío o calor para aliviar una lesión.
¿Cuándo aplicar frío?
En general, con el frío lo que buscamos es calmar el dolor y reducir la inflamación de la zona. Sobre todo lo utilizaremos en lesiones agudas dolorosas, como golpes, esguinces, pequeñas roturas de fibras, para aliviar las articulaciones después de ejercicio intenso… (como vemos en los eventos deportivos, cuando el jugador sustituido se va al banquillo y se coloca unas enormes bolsas de hielo, ya sea en los tobillos o, sobre todo, en las rodillas, que son las articulaciones más castigadas por casi todos los deportes).
¿Cómo aplicar el frío?
En farmacias y ortopedias venden cold-packs, que son bolsas rellenas de un gel especial que podemos enfriar en nuestro congelador. Este gel se pone muy frío, pero no se congela, permitiendo que coloquemos la bolsa moldeándola a los relieves de la zona de aplicación. Si aplicamos cubitos de hielo, no vamos a conseguir que el frío alcance todas las partes de una articulación como la rodilla o los tobillos, por lo que un remedio casero alternativo a las bolsas de gel consiste sencillamente en emplear bolsas de guisantes congelados. Los guisantes se adaptarán mucho mejor a la superficie articular que una bolsa de cubitos de hielo, y son mucho más baratas que los cold-packs.
Las aplicaciones deben ser discontinuas. Esto quiere decir que no es bueno dejar la bolsa fría indefinidamente sobre la zona lesionada. Lo correcto es aplicar el hielo 5-10 minutos (máximo unos 15) y dejar un tiempo de descanso. Si queremos aplicar más frio, lo haremos después de este intervalo.
Esto es así porque el frío excesivo puede tener un efecto rebote: si dejamos prolongadamente el hielo sobre la articulación, se hará mas lenta la circulación de la sangre en ese área. Al retirar el frío, el cuerpo va a enviar de forma masiva sangre a esa zona para recuperar la temperatura normal lo antes posible. Si nuestro problema es que tenemos esa región dolorida y/o inflamada, el aporte elevado de sangre para volver a calentar una zona que hemos enfriado en exceso puede reavivar la inflamación y el dolor.
Precauciones
Todos lo sabemos, pero muchas veces se nos olvida: el frío quema. Podemos provocar lesiones si aplicamos el hielo o la bolsa congelada directamente sobre la piel. Por esto siempre es recomendable colocar una servilleta o un paño delgado que haga de aislante entre la bolsa de frío y la piel.
Cuándo aplicar calor?
Por norma general, el calor lo aplicaremos en dolencias más crónicas -es decir, que llevamos ya varios días, incluso semanas, padeciendo- y que no estén relacionadas con procesos inflamatorios. Esto quiere decir que, si hemos tenido una lesión hace varios días, pero todavía notamos la zona hinchada y/o caliente, tendremos que continuar aplicando frío.
Las dolencias que más agradecen la aplicación de calor suelen ser los dolores de cuello, espalda y otras lesiones musculares (contracturas…) y procesos crónicos como la artosis (si no cursa con inflamación de la zona).
¿Cómo aplicar el calor?
Podemos utilizar manta eléctrica, bolsas de agua caliente, bolsas especiales que venden en farmacias, ortopedias o tiendas naturistas, el agua de la bañera o de la ducha… Al igual que con el frío, las aplicaciones de calor también deben ser de duración limitada, y hacerse de forma intermitente. Lo razonable sería no exceder los 20-25 minutos de calor (manta eléctrica…). Después de esto, hacer un período breve de descanso, y volver a aplicar si se desea.
Esto es así porque el calor puede tener un excesivo efecto sedante, llegando incluso a bajar la presión -tensión- sanguínea, pudiendo provocar mareos y otros problemas relacionadas con la bajada de tensión.
Precauciones
Esto también lo sabemos, pero hay a quien se lo olvida: ¡el calor sí que quema!. Algunos pacientes me han comentado que se han quedado dormidos con la manta eléctrica o bolsa caliente en la espalda y se han despertado con la zona irritada. Hay que tener mucho cuidado con que el calor no sea excesivo. Algunas personas parecen pensar que mientras más calor, más alivio, pero esto no es así. El calor debe notarse intenso, fuerte, pero nunca debe dejar de ser agradable, o provocar sensación de malestar mientras nos lo aplicamos.
Si la persona sufre otras patologías, como flebitis, artritis u otros procesos inflamatorios, la aplicación de calor puede empeorarlos, y por eso no se recomienda.

PERDER GRASA Y NO PERDER MUSCULO

PERDER GRASA Y NO PERDER MUSCULO
Quienes llevan un exceso de grasa en su cuerpo, seguramente querrán perder peso. Pero no siempre perder peso en la báscula es un buen indicativo de estar perdiendo grasa corporal. Al perder músculo y no grasa, las personas se convierten en “flacos gordos”, que lucen delgados con ropa pero flácidos y fuera de forma sin ésta.
Perder grasa corporal conservando e incluso construyendo músculo, mejora notablemente la apariencia, la condición física, el estado de salud y la calidad de vida; sin embargo, esto no es tan fácil porque muchas personas se someten a dietas terribles de restricción de alimentos con exceso de cardio y poco trabajo de pesas y resistencia.
DIFERENCIAS ENTRE PERDER PESO Y PERDER GRASA
1. VOLUMEN. Cuando perdemos grasa, sobre todo lo notamos en la ropa porque nuestro cuerpo pierde volúmen. También lo verás reflejado en la báscula, pero notarás que la ropa te va mucho más holgada.
2. PESO. Cuando perdemos peso en general, perdemos agua, masa muscular y masa grasa. Si te saltas las comidas, y no haces una dieta saludable de cinco comidas al día, perderás líquido y masa muscular, y muy poca grasa.
3. EFECTO REBOTE. En dietas de pérdida de peso privativas de alimentos, se genera un efecto rebote cuando se vuelve a una alimentación normal, incluso llegando a engordar más kilos de los ya pérdidos en muy poco tiempo. Esto sucede porque al privar al organismo de los nutrientes suficientes y adecuados, éste utiliza la masa muscular para generar energía y protegiendo la grasa, mucho más importante para él al percibir una escasez de alimentos, lo que se traduce en una ralentización del metabolismo y siendo más propenso a coger grasa.
4. EFECTO DURADERO. Si quieres que tu esfuerzo tenga unos resultados duraderos tu opción debe ser PERDER GRASA, y conservar el músculo. Por supuesto perder grasa supone que tus objetivos se cumplan a medio o largo plazo, tiempo suficiente para crear un buen hábito tanto en la alimentación como en el ejercicio. Puedes conseguir Perder Peso muy rápidamente, en este caso lo más probable es que sea de una manera poco saludable.
5. ENERGÍA. Una correcta pérdida de grasa sin pérdida de músculo se traduce en una musculatura más eficiente, lo que supone mayor energía y fuerza para una actividad deportiva. Un pérdida de peso, con un mayor porcentaje de pérdida de músculo que de grasa, significa menos fuerza y una musculatura débil, te sentirás con mucha menos energía para realizar deporte, lo que te llevará a que tu cuerpo necesite energía urgente y a los temidos atracones.
6. ALIMENTACIÓN. Si quieres perder peso rápidamente, come poco y mal. Las consecuencias serán un gran efecto rebote y debilidad física. Si quieres perder grasa, mánten tu metabolismo activo haciendo 5 comidas al día que incluyan proteína y tanto carbohidratos como grasas saludables (aceite de oliva, omega6, omega3...etc.). Olvidate de las grasas trans y el exceso de carbohidratos poco saludables.
7. SACIEDAD. Con una dieta adecuada, comerás más, tu sensación de saciedad se verá satisfecha y no tendrás que recurrir al picoteo entre horas que es uno de los grandes enemigos de nuestra dieta. Esto se debe a que al comer a menudo, el índiceglucemico se mantiene estable controlando nuestra sensación de saciedad. Las ingesta de carbohidratos inadecuados, y no comer en pequeñas cantidades y varias veces al día produce picos y bajadas de glucosa que no solo impiden la reducción de grasa, sino que nos pueden producir enfermedades mucho más severas como la diabetes, la hipercolesterolemia, enfermedades cardiovasculares, etc.
8. DEFINICION Y TONO. Con un plan adecuado, de dieta y ejercicio, notarás tu musculatura mucho más definida, aumentarás el tono muscular y tu fuerza, porque perderás grasa y no músculo. viene mucha gente buscando consejo en dietas de adelgazamiento porque consiguen bajar de peso rápidamente pero se sienten "blandos", sobre todos las chicas. Por supuesto exite un factor determinante a la hora de definir y endurecer que es el ejercicio FITNESS personalizado o entrenamiento en clases colectivas dirigidos a este fin. Sin embargo, si esto no va acompañado de una correcta ingesta de alimentos, los resultados no se verán reflejados.
9. FORTALEZA MENTAL. Si nuestra decisión ha sido la correcta en cuando a llevar una dieta saludable, de 5 comidas al día, eliminando ciertos carbohidratos que aumentan nuestros niveles de azúcar en sangre y limitando las grasas, combinarlo con un buen entrenamiento en el gimnasio, dónde te van a indicar los ejercicios más adecuados a tus objetivos y condición física, te sentirás BIEN, con ENERGÍA y FUERZA, esta satisfacción se traduce en una buena predisposión mental para seguir adelante, el esfuerzo cada días será más fácil porque estarás creando un hábito saludable y perdurable. Una pérdida de peso inadecuada, comiendo poco y mal, te hará sentir con poca energía para entrenar, insatisfecho por no conseguir buenos resultados, lo que te lleva a seguir comiendo mal, hacer poco ejercicio, engordar, insatisfacción...etc.
10. SI QUIERES PERDER GRASA necesitas tonificar MÚSCULO. Es cierto que con el trabajo cardiovascular en rangos de entrenamiento quemagrasas (65% - 75% de rendimiento de tu corazón), te ayudará a quemar grasa, una hora de ejercicio diario no sólo te aportará eso, sino otros muchos beneficios en tu salud, pero has de combinarlo con un trabajo de FUERZA. Con el cardio quemas calorías mientras lo estas realizando, con el trabajo de fuerza tonificas músculo, aumentando tu metabolismo y cuando paras de entrenar tu cuerpo sigue quemando grasa para reconstruir y mantener el músculo.
Pero la tonificación es un mito. No existe.
El tono muscular es una característica de los músculos de nuestro cuerpo, que se mantienen parcialmente contraídos para mantenernos en pie, que no se nos caiga la cabeza, etc. Si no tienes tono muscular es porque sufres una enfermedad grave (como el polio), porque estás en fase sueño profundo, o porque estás muerto. Esa carne fofa debajo de los brazos no es un músculo con poco tono. Es grasa.
Imagina que de repente perdieras la grasa. Seguramente, lo que quedaría debajo sería una persona excesivamente delgada, con brazos como palillos y un trasero plano. Los modelos de fitness no son así. Esas personas no solo tienen poca grasa corporal, sino que tienen más músculo que tú (aunque menos que un culturista). Es esa combinación de menos grasa y más músculo es el resultado que buscas, y no tiene nada que ver con la famosa tonificación.
El miedo a las pesas no está justificado. Para las mujeres, es extremadamente difícil ganar grandes cantidades de músculo, porque no tienen suficiente testosterona. Cuando se suministra testosterona a las mujeres hay interesantes efectos secundarios, que incluyen la capacidad para ganar músculo, el aumento de la libido y el bigote.
Sin embargo, el trasero redondo, los muslos y brazos torneados de esa modelo de la foto son músculo, y la ausencia de grasa alrededor permite verlo en todo su esplendor.
Muchas repeticiones con poco peso tonifican
Falso. Muchas repeticiones estimulan las fibras musculares lentas, pocas las fibras musculares rápidas. En ambos casos, si se vence una resistencia suficiente, el músculo sufre pequeñas roturas, y cuando se regenera, será más fuerte y (un poco) más grande. Es cierto que para conseguir el máximo crecimiento muscular hay que levantar pesos muy grandes, y eso solo se puede hacer pocas veces, pero el objetivo no es alcanzar un número de repeticiones. El objetivo es llegar cerca del punto en que no puedes hacer una repetición más. Si no llegas a este punto, da igual cuántas repeticiones hagas, el ejercicio es inútil.
Con la máquina adecuada se puede tonificar una parte del cuerpo
Falso, falso, falso. Los abdominales no quitan la barriga. La máquina de gluteos no quita las cartucheras. La máquina de triceps no endurece la grasa que cuelga bajo tu brazo. Esas zonas que no te gustan están recubiertas de grasa. Si quieres que tengan mejor aspecto tienes que perder la grasa, algo que ocurre en todo el cuerpo a la vez. Perder la grasa de una zona concreta solo es posible con liposucción (y con todos sus riesgos).
¿Cómo conseguir ese cuerpo de la foto? ¿O por lo menos aproximarse? Dieta y ejercicio aeróbico para perder grasa. Ejercicios de resistencia para ganar músculo. Come y entrena con inteligencia. No hay fórmula mágica.

HABLANDO UN POCO DE LA PAPAYA

HABLANDO UN POCO DE LA PAPAYA
La papaya es una de las frutas tropicales con mayor número de beneficios medicinales, que unidas a su dulce y peculiar sabor hacen que sea muy apreciada y popular tanto en Latinoamérica como en Europa. Tiene una forma ovalada y una piel fina y amarillenta que recubre a su jugosa pulpa, dentro de la cual aparecen semillas de color negro.
Por su aroma, la papaya recuerda al melón, mientras que su dulzor se asemeja al de la pera o la fresa. Se trata de una fruta exótica de consistencia mantecosa muy perecedera y frágil, por lo que se debe manipular con cuidado. Aunque se comercializa durante todo el año, el momento óptimo para disfrutar de los atributos de la papaya es el invierno.
, posee una gran cantidad de nutrientes y beneficios salutíferos. A continuación descubriremos las cualidades nutritivas y los efectos terapéuticos de esta extraordinaria fruta.
Papaya, una fruta muy digestiva
La papaya destaca por tener propiedades digestivas, ya que contiene papaína, un enzima que ayuda a digerir las proteínas de los alimentos y favorece la digestión. Gracias a la presencia de dicha sustancia, la papaya resulta adecuada en caso de sufrir gastritis, digestiones pesadas, hernia de hiato, acidez estomacal o flatulencia.
Además de ser una fruta valiosa para el cuidado del sistema digestivo, constituye una fuente natural de vitamina C, así como de vitamina A en forma de beta-carotenos. Dada su riqueza en antioxidantes, la papaya refuerza la inmunidad y se considera una gran aliada de la piel al prevenir el envejecimiento prematuro. Por su aporte vitamínico, recomiendan el consumo de papaya especialmente a quienes corren mayor riesgo de sufrir carencias o tienen necesidades nutritivas aumentadas.
De la composición nutricional de la papaya cabe hacer mención a su aporte de hidratos de carbono, la mayoría simples, potasio y fibra dietética. La fibra le confiere un efecto saciante y propiedades suavemente laxantes. Así pues, la papaya contribuye a regular el tránsito intestinal y a prevenir o combatir el estreñimiento, además de reducir los niveles de colesterol en sangre y favorecer el control de la glucemia. Al ser rica en potasio y tener un bajo contenido en sodio, la papaya está indicada para las personas que padecen hipertensión o enfermedades cardiovasculares.
Por si fuera poco, la papaya facilita el bronceado dada la gran cantidad de retitina que contiene, la cual activa la melanina.