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domingo, 23 de noviembre de 2014

Correr en cinta no es “correr”


Correr en cinta no es “correr”

Utilizar una cinta de correr puede ofrecer ventajas prácticas para controlar las condiciones del ejercicio. Especialmente, en el ejercicio intermitente permite controlar con total precisión los intervalos. Sin embargo, existen diferencias mecánicas respecto a la carrera al aire libre dada la desigualdad de superficie y los cambios mecánicos de locomoción.

La comprensión de las causas y la naturaleza de estas diferencias es importante para la interpretación del entrenamiento y su transferencia a carreras populares o profesionales, así como a otros deportes que son “entrenados” en cinta.

Cuando se corre al aire libre, sobre terreno más o menos plano para poder comparar mejor con la carrera en cinta, la superficie del suelo se mantiene sin movimiento absoluto. Un claro ejemplo es que si vamos corriendo por la calle y nos paramos, nos quedamos quietos.

Por el contrario, en tapiz no es mecánicamente equivalente por existir una referencia no inercial. Así, una fuerza ficticia que representa el movimiento de la cinta (Fcx), se debe introducir en la ecuación ,

Esta fuerza es proporcional a la aceleración de la cinta, y modifica la magnitud de la fuerza de reacción del suelo ejercida por el sujeto.
Principales diferencias durante el movimiento

Algunos estudios han demostrado que, entre otras diferencias:

En los cambios desde correr a andar, se han encontrado desplazamientos laterales en la cinta. Al aire libre, no se han encontrado de manera tan clara. Las fuerzas excéntricas al frenar, por tanto, se dividen en un componente lateral mayor en la cinta.
Sobre el suelo fijo, con el aumento de la aceleración, se pierde menos velocidad durante el frenado. Asimismo, la aceleración es mayor durante la propulsión. En otras palabras, hay un diferente uso de la inercia que favorece que se alcance antes en el terreno normal la máxima velocidad posible de cada uno.

Por el contrario, cuando se aumenta la aceleración de la cinta, la aceleración real del sujeto disminuye y la pérdida de velocidad se mantiene constante, explicando la fuerza ficticia que representábamos antes. Este aspecto es importante especialmente en algunos aspectos.

Cómo influye en la práctica real

Mayores cambios de aceleración provocan mayor daño muscular en los músculos implicados (glúteos, cuádriceps, sóleos…). Así, una sesión aislada en cinta no supondrá efecto significativo, pero a medio-largo plazo podría haber diferencia notable en la ganancia de masa muscular respecto a correr al aire libre.
Para los deportes como baloncesto, fútbol, balonmano, rugby, etc…considerados intermitentes, donde se requieren cambios constantes de direcciones y velocidad, el hacer intervalos en cinta no imita esos mismos intervalos en situación competitiva (especificidad del deporte).
Dependiendo de la zona climática y/o estación, las condiciones de la resistencia del aire podrían ser consideradas.

Siempre hay que adecuar el tipo de ejercicio a las posibilidades y características de cada corredor, pero estos resultados vienen a apoyar que correr sobre terreno es más “natural” que hacerlo sobre la cinta. Así, los corredores, triatletas, interesados en HIIT o diferentes deportes, ya sean populares, amateurs o profesionales, deberían inclinarse más por realizar carrera fuera de la cinta ergonómica.

Eso sí, en condiciones de mal tiempo (por ejemplo, lluvia o muy bajas temperaturas), puede ser una opción alternativa que coja peso; así como para tests específicos.

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