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miércoles, 29 de julio de 2015

UNA CALORÍA NO ES UNA CALORÍA"

UNA CALORÍA NO ES UNA CALORÍA"
EXPLICAR ESTO DE UN MODO QUE SE PUEDA ENTENDER SE HARIA MUYY LARGO,ASI QUE TRATARE DE SER LO MAS BREVE POSIBLE Y QUE SE ENTIENDA,PERO PARTIMOS DE LA BASE QUE UNA CALORIA NO ES UNA CALORIA,Y NO TODOS SOMOS IGUALES
¿Qué son las calorías?
La idea que la gente tiene de las calorías no es buena, se oye esa palabra y ya se imaginan como éstas caen en su organismo siempre en forma de grasa, y derivando en sobrepeso. Y las calorías que se da a los alimentos no es más que la energía que desprende en un tubo de ensayo, ni más ni menos.
Técnicamente las calorías son simplemente una unidad de energía, cada alimento tiene diferente cantidad de calorías (energía) dependiendo principalmente de la composición que tenga este en cuanto a proteína, hidratos y grasa. Al comer ese aliento estamos metiendo esa energía en nuestro cuerpo, que va a ser el combustible que nos hará funcionar.
Todos lo alimentos tienen una cantidad de energía, rara vez hay alimentos sin energía salvo el agua, y como hemos dicho, esta provienen de los 3 macronutrientes existentes (incluimos también entre ellos al alcohol aunque no se usa su energía directamente, siempre se transforma en grasa):
Proteínas: 1g contiene 4 Kcal. Se utilizan como fuente para la creación de tejido muscular y para la resíntesis de ciertas hormonas y encimas, nunca como energía directamente y rara vez se almacenan como grasa.
Carbohidratos: 1g son 4 Kcal. Son la principal fuente de energía que nuestro cuerpo va a utilizar para realizar las diferentes actividades, y cuando se ingieren en exceso se almacenan en forma de grasa.
Grasas: 1 gr contiene 9 Kcal. Las insaturadas (buenas) son las que protegen los órganos y ayudan en la absorción de vitaminas. Las saturadas y trans en exceso provocan diversas enfermedades.
Alcohol: 1 g son 7 Kcal. No se usa como energía, se transforma siempre como grasa.
el funcionamiento de nuestro cuerpo y la forma en la que obtiene y expulsa energía complican el asunto. Por no hablar de la existencia del cerebro, que convierte todo nuestro metabolismo en un sistema muy complejo en el que también los deseos y necesidades son un factor a considerar.
Mediante el sistema Atwater se calcularon también unos coeficientes generales para cada macronutriente que han dado lugar al método más utilizado para el cálculo calórico: la aplicación de 9/4/4 kilocalorías para las grasas/proteínas/carbohidratos, respectivamente. Y suele completarse con un valor de 2 kilocalorías para la fibra.
De esta forma, lo habitual es que un análisis nutricional de macronutrientes y calorías se calcule así:
Determinación de la composición: cantidades de grasas y proteínas.
Determinación de la composición: cantidad de carbohidratos (por diferencia de lo anterior).
Multiplicar cada cantidad por su coeficiente general Atwater para el cálculo de kilocalorías: carbohidratos y proteínas multiplicadas por 4 y grasas por 9.
Un ejemplo. Dos donuts suman unas 400 Calorías. Por esas mismas calorías podemos comer una pechuga de pollo a la plancha, un tazón de arroz integral, media docena de espárragos, un tomate, y aliñarlo con un un chorrito de aceite.
una caloria es una caloria
FALSO. Esto sería cierto si estuviéramos realizando mediciones precisas en un experimento de laboratorio controlado, pero no es el caso. Pongamos por ejemplo el simple acto de ingerir 200 calorías de carbohidratos de una barrita energética, las cuales activan la producción, entre moderada y alta, de insulina. Si bien esta hormona ayuda a utilizar la mitad de las calorías de la barrita para producir energía muscular inmediata, la otra mitad de las calorías se transforma en grasa y se almacena al instante.
Lo peor de todo es que la insulina hace que la grasa almacenada esté menos disponible para producir energía, por lo que ahora el cuerpo tira más de glucosa que de grasa para generar energía. La grasa corporal se acumula y la resistencia física, que consiste en quemar tanta grasa como azúcar (si no más), se reduce. Estos resultados tan poco saludables no tendrían lugar, si uno se comiera una tortilla de verduritas de 200 calorías.
las calorías importan, y algún tipo de equilibrio entre lo que consumes y lo que gastas es necesario. Creo que es importante que tengas ciertas nociones de las calorías que necesitas y las que consumes realmente, así como la forma en la que se distribuyen esas calorías por macronutriente,Pero también parece obvio que no todas las calorías tienen el mismo efecto en tu cuerpo; que comer 100 calorías de azúcar y 100 calorías de pescado no pueden tener el mismo resultado en tu físico.
La forma en la que tu cuerpo procesa, almacena y libera energía está regulada por tus hormonas. Además, sabemos que hay muchos más factores involucrados en tu ganancia o pérdida de grasa que las calorías que ingieres y gastas. Todos estos factores, entre los que se encuentra la falta de sueño, el estrés, la salud emocional etc, están influenciados también, en mayor o menor medida, por tus hormonas.
Es por tanto fundamental entender cómo lo que comemos, y cómo vivimos, ayuda a mantener o desajustar el equilibrio hormonal que requerimos, no sólo para estar delgados, sino sanos en general.
Las hormonas de las que hablaré hoy son las siguientes:
La insulina, nuestra vieja amiga de la que ya he hablado en múltiples ocasiones, encargada de disminuir el nivel de glucosa en sangre, almacenándola como energía.
La leptina, que envía señales de saciedad (disminuye el apetito) y controla de manera indirecta tu metabolismo (a través de la tiroides), para intentar alinear la energía almacenada en el cuerpo con tu nivel de actividad.
El glucagón: Libera la energía de las células que la almacenan (grasa e hígado), bien porque requieres energía para una actividad física o porque estás en ayunas. Un punto importante es que sólo puede hacer su trabajo si el nivel de insulina en sangre es bajo, ya que si no ambas hormonas “chocan”, la insulina intentando almacenar energía y el glucagón intentando liberarla (te aseguro que las batallas hormonales en tu cuerpo no te benefician).
El cortisol: El objetivo básico de esta hormona es preparar tu cuerpo para una situación de “luchar o escapar”, pero se libera también en respuesta a una actividad física excesiva, estrés psicológico, descanso insuficiente y lo que me interesa destacar aquí, bajadas fuertes de azúcar. Para nuestro cuerpo, un descenso brusco del azúcar en sangre se considera “estresante”, y por tanto este suceso libera cortisol. Esta hormona juega también un papel importante en el ritmo circadiano, estando alta por la mañana (actúa de despertador natural) y disminuyendo gradualmente durante el día (este es su “ritmo natural”, ahora veremos como nuestro ritmo de vida interfiere con esto).
La melatonina: En cierto sentido produce el efecto contrario que el cortisol, ya que es la hormona que nos ayuda a dormir, aumentando su nivel por la noche y estando baja por la mañana. Está influenciada por la cantidad de luz, por eso conviene evitar la televisión, pantallas digitales y luces fuertes en las horas previas a acostarse.
Sé que estoy simplificando, y que todas estas hormonas cumplen también otras funciones y hay más factores involucrados, pero me permito esta licencia
sí, las calorías importan. Pero si te alimentas con comida real, a la que nuestro cuerpo se ha adaptado durante millones de años, podrás autoregular más fácilmente tu ingesta y gasto de energía, a través de las hormonas involucradas, y no tendrás que contar calorías para mantener tu peso fácilmente.
Si comes comida “procesada” (alta en cereales, pastas, azúcares etc), tu cuerpo no sabe muy bien cómo responder. Entran calorías pero no suficientes nutrientes, y el “termostato” que regula tu ciclo hambre-saciedad se descompensa. Con esta dieta, la única forma de perder o mantener tu peso es contar calorías (ya que no te puedes fiar de lo que te dice tu cuerpo) y seguramente pasar hambre. Este es el mecanismo que recomiendan por desgracia muchos nutricionistas:

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